viernes, 3 de mayo de 2019

Nueva evidencia de sirénidos fósiles para Matanzas

Matanzas vuelve hacer noticia en el ámbito de los fósiles y los organismos que habitaron en el pasado. En esta ocasión con un descubrimiento singular procedente de las canteras de caliza de Jagüey Grande. La revista científica de paleontología de vertebrados Journal of Vertebrate Paleontology nos publicó este mes un trabajo sobre la neuroanatomía (condición anatómica de los nervios y su órgano central, el cerebro) de un sirénido hasta ahora desconocido para la ciencia. Este fósil nos remonta a un momento en la historia de la provincia, la isla y el caribe, hace 18 millones de años atrás, cuando entonces, lo que es hoy Matanzas, era un mar cálido y somero repleto de vida marina (véase post anteriores sobre este tema aquí).

Uno de los moldes cerebrales de sirénido 
descubierto en Matanzas y tratado en nuestro artículo. 

El resumen del trabajo recoge algunos de los puntos más importantes:

Se describen los primeros moldes endocraniales de sirénido hasta ahora reportados de las Antillas. Los tres especímenes que reportamos provienen de dos canteras con afloramientos de la Formación Colón, en la provincia de Matanzas, Cuba. Esta formación se considera de edad Oligoceno tardío a Mioceno temprano, pero nosotros asignamos los moldes al Mioceno temprano. Por falta de material comparativo, los moldes endocranianos no se pudieron atribuir a una especie, y por ende los asignamos a la familia Dugongidae incertae sedis, basados en los resultados filogeneticos. Conjuntamente, proveemos una lista de caracteres y un análisis cladísticos que puede ayudar aclarar su posición sistemática. Estos especímenes permiten un acercamiento a la historia, diversidad y evolución de los sirénidos, y en especial de los dugongídos en el neógeno caribeño.


Los sirénidos o vacas marinas son un grupo de mamíferos acuáticos que actualmente incluyen a los dugones que habitan los mares Indico-Pacifico y los manatíes del Atlántico. Se les llamó sirénidos por su semejanza a los humanos, que los navegantes antiguos confundieron, y por ende relacionaron a las sirenas de la mitología. Por ello, este orden de mamíferos adquirió el nombre de Sirenia. Los sirenios estuvieron entre los primeros mamíferos observados por los cronistas del Nuevo Mundo desde 1492. Aparecieron mencionados en los documentos de Cristóbal Colón, e ilustrados en la obra de Oviedo Historia general de las Indias (1547), quien lo consideró un pez. 

Diferentes tipos de sirénidos. Tomado de Enciclopedia Británica. 

Interesantemente, algunos de los primeros fósiles de Sirénidos descubiertos en Cuba son de Matanzas. Uno de estos fue descubierto por el investigador Eustaquio Calera Guiberneau el 4 de diciembre de 1961 en calizas del pueblo San Antonio de Cabezas, carretera a Unión de Reyes. Sin embargo, estos pasaron inadvertidos en su colección hasta que fueron redescubiertos por el arqueólogo Manuel Rivero de la Calle, quien se lo comunicó al mastozoólogo Luis S. Varona. Es Varona quien finalmente publica el descubrimiento de Calera, nombrándose a la especie en honor a Manuel Rivero de la Calle. Otros restos de Sirénidos fueron recientemente descubiertos por el conservador de la ciudad de Matanzas, Leonel Pérez Orozco, en la cueva de la Campana o Simpson. 

JOL
Abreviaciones de la anatomia del molde endocraneal sirenido

Este tipo de descubrimiento es revelador y singular por varias razones. La primera, porque es el primer molde endocranial o “cerebro fósil” de sirénido reportado para el registro fósil de Cuba y el Caribe.

La segunda, porque indica la presencia de una especie o especies nuevas para la ciencia, cuales están en el proceso de ser descritas por el paleontólogo matancero Lázaro W. Viñola López, coautor de este trabajo y primero en advertir la importancia de estos especímenes, en conjunto con el especialista en sirénidos fósiles puertorriqueño Jorge Vélez. A pesar de reconocerse la cuenca caribeña como un foco evolutivo y de especiación (diversidad) de sirénidos en el mundo desde hace más de 40 millones de años, la existencia de tales fósiles apoyan la convivencia de especies sintópicas o de adaptaciones análogas en aguas del Caribe antiguo, donde vivieron en condiciones similares a las del Caribe actual.

Y por último, porque la existencia de este tipo de fósil es extremadamente rara. En sí, la fosilización es un fenómeno muy raro en el mundo natural, requiriendo de condiciones exquisitas que permitan la formación y preservación de estructuras que normalmente se descomponen, y más aún en climas cálidos. Por ende, la preservación de este molde cerebral es una verdadera primicia para el mundo interesado en el pasado nacional, y en especial de nuestra provincia. De esta manera relevándonos un pasado muy distante, pero profundamente interesante.

Aprovecho y tomo esta oportunidad para agradecer a los trabajadores de la cantera J4 en Jagüey Grande, quienes descubrieron estos importantes restos, y los coautores Lázaro W. Viñola y el Dr. Ted Macrini por sus excelentes contribuciones. Así mismo los curadores de museos que nos permitieron visitar y estudiar colecciones bajo su cuidado, y un sinfín de amigos que nos brindaron su asistencia y colaboración. Gracias.

Cita:
Orihuela, J., L. W. Vinola Lopez, and T. Macrini (2019). First cranial endocasts of early Miocene sirenians (Dugongidae) from the West Indies. Journal of Vertebrate Paleontology 39: DOI:10.1080/02724634.2019.1584565 

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