Grabado de 1870, publicado en La Ilustración Española. |
Durante los trabajos que se realizaban en los terrenos de Santos Parga el operario chino, Justo Wong, se llevó un susto de muerte al ver como la tierra se tragaba de un golpe la pesada barreta de metal con la que socavaba el suelo.
De inmediato dio aviso del suceso al dueño del lugar, quien no tardó en hacerse presente en el sitio señalado por Wong. Santos Parga dio orden de ensanchar la abertura para poder vislumbrar en mejor medida la causa de tan extraño acontecimiento. Al hacer descender por el boquete una lámpara, Don Manuel se percató de la importancia del hallazgo; corría el año 1861 y acababan de ser descubiertas las Cuevas de Bellamar.
Entrada principal al Salón Gótico |
De inmediato dio aviso del suceso al dueño del lugar, quien no tardó en hacerse presente en el sitio señalado por Wong. Santos Parga dio orden de ensanchar la abertura para poder vislumbrar en mejor medida la causa de tan extraño acontecimiento. Al hacer descender por el boquete una lámpara, Don Manuel se percató de la importancia del hallazgo; corría el año 1861 y acababan de ser descubiertas las Cuevas de Bellamar.
Don Manuel no tardo en aventurarse por su cuenta en las eternas sombras de la espelunca. Fue el primer ser humano en descender a un mundo oculto completamente virgen, llegando a explorar lugares que aun hoy son de difícil acceso. Este emprendedor caballero tuvo la idea de habilitar el nuevo bien que se añadía a su propiedad con el fin de que el público pudiera apreciar las maravillas subterráneas de Matanzas.
Formaciones
cristalinas y minerales, características del mundo subterráneo de Bellamar.
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Ya existía un antecedente similar en la región, la cueva de la Campana, o Cueva de Simpson, como se conoció en aquella época, cuando desde 1804 (como la visita del obispo de Espada) se venían realizando excursiones al lugar. Pero el caso de Bellamar fue diferente en el sentido que fue un negocio ordenadamente instituido, manteniéndose abierto hasta la actualidad y siendo el sitio turístico en activo más antiguo de toda Cuba.
He aquí el estrecho vínculo de dos de los más conocidos e importantes símbolos de la ciudad. Gracias a la construcción del teatro Sauto fueron sacadas a la luz las maravillas de Bellamar. Mucho antes que los hombres dejaran su huella en la región y legaran a Matanzas de ese espíritu romántico, único, eterno ya la naturaleza había sido pródiga en el sitio, tal vez para servir de antesala idónea a todo aquello que vendría después; no podía haber sido de otra manera para que el resultado fuera tan preciso, y Bellamar es un ejemplo más de ello.
Grabado de Bellamar a mediados del siglo XIX. Coll. Leonel P. Orozco. |
Este post fue inspirado por el trabajo investigativo del arquitecto, hijo de Matanzas, Ramón Cótarelo, quien dedico los años de su vida y conocimiento a la protección y restauración del patrimonio matancero. Su libro, Matanzas desde su Arquitectura, recoge una versión más detallada de este relato.
Vea la pagina de La Voz de Galaicia dedicada a la vida aventurada de Don Manuel Santos Parga.
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