El origen del nombre "Matanzas" ha sido tradicionalmente atribuido a un evento violento en el cual, supuestamente, un grupo de españoles naufragados fue asesinado por los indígenas locales al intentar cruzar la bahía que hoy lleva el mismo nombre. Esta interpretación, sin embargo, ha sido cuestionada a lo largo de los años y existen argumentos sólidos que sugieren que esta versión de los hechos podría estar distorsionada o ser incierta.
La versión más comúnmente aceptada de la historia describe cómo los indígenas volcaron las canoas de los españoles, ahogando a varios de ellos en la bahía, mientras que los sobrevivientes fueron ahorcados posteriormente en una ceiba. Este relato, recogido por cronistas como Bartolomé de las Casas y Bernal Díaz del Castillo, ha perdurado en la historiografía tradicional de Cuba. No obstante, estos cronistas escribieron sus relatos muchos años después de los hechos y desde perspectivas subjetivas, lo que genera dudas sobre la precisión de sus narrativas. En particular, es bien sabido que tanto Las Casas como Díaz del Castillo tenían agendas y preocupaciones diferentes, lo que pudo haber influido en la manera en que presentaron estos eventos.
Por otro lado, un análisis crítico de la Carta de Relación de Diego Velázquez, escrita en 1514 - y única fuente primaria asociada a estos relatos-, revela una interpretación significativamente distinta de los sucesos en torno a Matanzas y el origen de este toponímico. En esta carta, Velázquez describe el rescate de tres náufragos españoles —García Mexía y dos mujeres— que habían sido acogidos por caciques indígenas en la región. A lo largo de su relato, Velázquez menciona algunos actos de violencia, pero ninguno como el que tradicionalmente se ha asociado con el nombre de la ciudad. Al contrario, describe un proceso relativamente pacífico de rescate en el que los caciques locales colaboraron para devolver a los náufragos a los españoles. Esta omisión de un “acto de matanza” sugiere que los eventos pueden haber sido tergiversados o exagerados en relatos posteriores o que, al menos, la historia esta muy sesgada e incompleta.
Es importante señalar que la narrativa de Velázquez, siendo un documento de primera mano, escrito poco después de los eventos (abril de 1514), ofrece un nivel de credibilidad mayor en comparación con los relatos de Las Casas y Díaz del Castillo, que fueron redactados muchas décadas después. La versión de Velázquez presenta a los indígenas no como agresores violentos, sino como actores en una dinámica más compleja, en la cual participaron en la supervivencia, interacciones tempranas de resistencia a colonizadoras mayormente poderosas y, el posterior rescate de algunos españoles tomados de rehenes. Además, la Carta de Relación ofrece una imagen de mayor cooperación entre los españoles y los caciques locales, en contraste con la idea de un enfrentamiento violento que dio origen al nombre de Matanzas. El la Carta de Relación, queda esto como una simple insinuación de algo sucedido en el centro de la isla y mas bien conocida como la Matanzas de Caonao.
Otro aspecto clave a considerar es el posible origen etimológico de la palabra "Matanza". Aunque muchos estudiosos han aceptado la conexión entre el nombre y el supuesto incidente violento, es plausible que el término “Matanzas” esté relacionado con actividades económicas, como el matadero de ganado, en lugar de un hecho de violencia. Este uso del término "matanza" se encuentra documentado en otras regiones de América y Europa, donde se asocia con el sacrificio de animales para consumo, lo cual podría haber sido una actividad común en la zona durante la época colonial. El uso mas temprano de este toponímico sobre la bahía se remonta a mapas y documentos posteriores a 1526, cuando ya allí existía un pequeño asentamiento.
Asimismo, la toponimia indígena de la región, particularmente los nombres Yucayo y Guanima, ha sido vinculada erróneamente con la ciudad de Matanzas. Estos lugares, mencionados en diversos documentos históricos, no siempre coinciden con la ubicación geográfica de la ciudad, lo que sugiere una confusión entre diferentes sitios y eventos en los relatos históricos. Esta superposición de hechos y nombres ha contribuido a la creación de un mito que ha perdurado en la historiografía, consolidando la versión de un acto violento que, como muestran las fuentes primarias, podría no haber ocurrido en los términos que comúnmente se cree.
Finalmente, el análisis arqueológico también respalda esta nueva interpretación. Hasta la fecha, no se han encontrado evidencias contundentes que corroboren la supuesta "matanza" de los náufragos en la bahía. En cambio, los registros arqueológicos de la región de Matanzas muestran una presencia indígena significativa y menos colonial, lo que refuerza la idea de una interacción más compleja entre los colonizadores y los pobladores originarios.
En conclusión, el origen del nombre "Matanzas" podría estar mucho más vinculado a actividades económicas o topográficas que a un evento violento como el que describe la historiografía tradicional. La narrativa sobre la supuesta matanza de náufragos puede haber sido una construcción posterior, influenciada por relatos subjetivos y distorsionados por el tiempo - particularmente con el despertar intelectual del siglo XIX. Por ello, es necesario revisar críticamente las fuentes históricas primarias y considerar la posibilidad de que la ciudad de Matanzas no derive su nombre de un acto de violencia, sino de una historia más compleja de interacción y coexistencia entre los indígenas y los españoles en los primeros años de la colonización de Cuba.
Nota bibliografica:
Esta interpretación histórica se basa en los análisis críticos y las fuentes documentales presentadas en el trabajo "Matanza de Yucayo: Historia y Mito" de Johanset Orihuela León y Ricardo A. Viera Muñoz (2020, Aspha, Buenos Aires), que revisa la narrativa tradicional sobre el origen del nombre de la ciudad de Matanzas y las interacciones tempranas entre los españoles e indígenas en Cuba.