“Matanzas la bella entre ríos de alegres y serios poetas, de pasos pausados y calles derechas, de comerciantes con trenes de azúcar, de sudor, castillo y puerto, de paisajes y barcos que una vez llevando lejos a José María Heredia dejaron en su memoria la escena del Pan de Matanzas alzándose como escollo en medio del mar.
Se va perdiendo la ciudad en el horizonte y van quedando en la distancia las costas de la Ysla de Cuba. Pues he aquí que en este preciso instante sostenemos un libro llamado “Matanzas desde los Mapas y Planos”, hecho de maravillas y tesoros, de pergaminos secretos y de maneras de regresar a la Atenas mecida por las aguas.
Es que cuando se cuentan historias se necesitan elementos que las conformen y las animen, cuando se levantan obras y ciudades son necesarios planos y guías que tracen el camino. Llega este trabajo para recrear la historia de Matanzas interpretada a través de estos documentos.
Con sus capítulos nos muestra a través de una serie de mapas cómo el nombre de la provincia, ciudad y bahía va insertándose en el tiempo, de qué manera el entorno va despertando el interés de las naciones y la forma que toma el plan de la corona española para establecer una ciudad en la zona. Repasa la obra la evolución de la ciudad, sus fortificaciones militares, construcciones civiles, sus puentes y hasta presenta un comentado análisis urbanístico de un plano de 1834.
Una obra imprescindible para todos, que sean amantes de la historia o deseen conocer la evolución de Matanzas a través de sus Planos, para maestros e investigadores porque agrupa lo más representativo de su cartografía en un marco dedicado exclusivamente a esta ciudad. Llega esta documentación desde los más disímiles lugares para que reunida pueda ser analizada de manera fácil y por temáticas que ayuden a la comprensión del lugar y su entorno a través de la mirada de exploradores y de los que concibieron su evolución en el tiempo.
Útil e imprescindible herramienta son estas páginas, el croquis necesario y el plano finalizado que deja con deseos de más, un homenaje a los hombres del sextante y los teodolitos, entre los muchos a José María de la Torre, también Esteban Pichardo quien hace más de un siglo registró archivos y molestó propietarios en su labor para esclarecer linderos y plasmar con la mayor objetividad posible lugares en las cartas, recorriendo sin descanso desde Punta de Sabanilla hasta Maya y aún más allá toda la Isla de Cuba.
Queda agradecer a todos los que nos precedieron por su legado y por este trabajo a sus autores que sin ellos estas historias serían desconocidas… Gracias por hacer de los caminos vías transitables ¡Gracias a Ustedes!”
Se va perdiendo la ciudad en el horizonte y van quedando en la distancia las costas de la Ysla de Cuba. Pues he aquí que en este preciso instante sostenemos un libro llamado “Matanzas desde los Mapas y Planos”, hecho de maravillas y tesoros, de pergaminos secretos y de maneras de regresar a la Atenas mecida por las aguas.
Es que cuando se cuentan historias se necesitan elementos que las conformen y las animen, cuando se levantan obras y ciudades son necesarios planos y guías que tracen el camino. Llega este trabajo para recrear la historia de Matanzas interpretada a través de estos documentos.
Con sus capítulos nos muestra a través de una serie de mapas cómo el nombre de la provincia, ciudad y bahía va insertándose en el tiempo, de qué manera el entorno va despertando el interés de las naciones y la forma que toma el plan de la corona española para establecer una ciudad en la zona. Repasa la obra la evolución de la ciudad, sus fortificaciones militares, construcciones civiles, sus puentes y hasta presenta un comentado análisis urbanístico de un plano de 1834.
Una obra imprescindible para todos, que sean amantes de la historia o deseen conocer la evolución de Matanzas a través de sus Planos, para maestros e investigadores porque agrupa lo más representativo de su cartografía en un marco dedicado exclusivamente a esta ciudad. Llega esta documentación desde los más disímiles lugares para que reunida pueda ser analizada de manera fácil y por temáticas que ayuden a la comprensión del lugar y su entorno a través de la mirada de exploradores y de los que concibieron su evolución en el tiempo.
Útil e imprescindible herramienta son estas páginas, el croquis necesario y el plano finalizado que deja con deseos de más, un homenaje a los hombres del sextante y los teodolitos, entre los muchos a José María de la Torre, también Esteban Pichardo quien hace más de un siglo registró archivos y molestó propietarios en su labor para esclarecer linderos y plasmar con la mayor objetividad posible lugares en las cartas, recorriendo sin descanso desde Punta de Sabanilla hasta Maya y aún más allá toda la Isla de Cuba.
Queda agradecer a todos los que nos precedieron por su legado y por este trabajo a sus autores que sin ellos estas historias serían desconocidas… Gracias por hacer de los caminos vías transitables ¡Gracias a Ustedes!”
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